Reflexiones finales

Este documento presenta un panorama de la situación de la violencia obstétrica y la mortalidad materna en México que busca contribuir a la discusión sobre cómo atender y prevenir ambos fenómenos. A continuación, listamos algunos de los resultados más destacados.

  • Entre 2016 y 2021, se observa que la violencia obstétrica se mantuvo prácticamente constante: en 2016, 33.4 por ciento de las mujeres en edad reproductiva que informaron haber tenido al menos un parto en los últimos cinco años experimentaron por lo menos una manifestación de violencia obstétrica; en 2021, este porcentaje fue de 30.9 por ciento. Es decir, una de cada tres mujeres sufrió algún tipo de violencia obstétrica durante su último parto. Este estancamiento es alarmante, pues quiere decir que, a pesar de que se cuenta con un marco normativo y políticas públicas que deberían servir para prevenir esta situación, no se han logrado avances significativos en la materia.
  • La violencia obstétrica es un concepto amplio que se manifiesta de diferentes formas. Incluye los malos tratos o groserías verbales, las agresiones físicas, la sobremedicalización del parto, el uso de procedimientos de rutina sin consentimiento o en situaciones no justificadas —como sucede con frecuencia con las cesáreas— o, incluso, la imposición de procedimientos médicos no consentidos, como la anticoncepción o esterilización no consentida o forzada. Entre 2016 y 2021 se observa un aumento de 4.6 puntos porcentuales en los partos resueltos por cesáreas, al pasar de 42.8 a 47.4 por ciento. Sin bien la oms destaca que es importante centrarse en las necesidades de las usuarias y valorar el tipo de parto en cada caso, también ha sugerido mantener la tasa de cesáreas en un rango entre 10 y 15 por ciento. Sin embargo, en 2018, la tasa promedio a nivel mundial se estimó en 21.1 por ciento.
  • Llama la atención que la presión para aceptar anticoncepción o esterilización forzada pasó de ser la quinta manifestación de violencia obstétrica más frecuente en 2016 a ser la segunda más mencionada en 2021. También se observa un ligero aumento en Método anticonceptivo o esterilización forzada, al pasar de 12.2 a 13.8 por ciento. Resulta preocupante que, aunque se observen leves disminuciones en el resto de las manifestaciones, haya un aumento en las relacionadas con estos procedimientos médicos.
  • A partir de la endireh 2021, se observa que las mujeres con discapacidad tienden a sufrir más violencia obstétrica (43.9 %) en comparación con las mujeres que no tienen ningún tipo de discapacidad o limitación (30.4 %). Además, las mujeres con discapacidad más jóvenes suelen ser más propensas a experimentar violencia obstétrica: una de cada dos mujeres con discapacidad menor de 20 años informó haber sufrido al menos un tipo de violencia obstétrica durante su último parto.
  • De acuerdo con el inegi, entre 2009 y 2015, en México se observó una tendencia a la baja en la razón de mortalidad materna (rmm); sin embargo, entre 2015 y 2019 hubo un estancamiento y, posteriormente, la pandemia por covid-19 frenó este avance. En 2020, la rmm tuvo un incremento de 60.84 por ciento, pasando de 37.9 a 60.96. El segundo año de pandemia, 2021, fue el peor año del que se tiene registro desde que la información se publica en datos abiertos (1992), pues esta cifra se estimó en 95.38.
  • Respecto a las entidades federativas, entre 2019 y 2021 este indicador se agravó en todos los casos, salvo en Tlaxcala. En los primeros dos años, entre 2019 y 2020 la rmm solo disminuyó en los estados de Durango, Colima, Baja California Sur y Querétaro. En el periodo de 2020 a 2021, sin embargo, trece entidades presentaron una mejora; se destacan los casos de Tlaxcala, Tabasco y Zacatecas, que lograron una disminución porcentual mayor al 30 por ciento.
  • En dos años, la rmm de Campeche se multiplicó casi seis veces (89.78 en 2021), lo que la coloca como la quinta entidad con las peores cifras durante la pandemia. Otro caso similar es Yucatán, que en 2019 se situaba en la 29.a posición, al estimar su rmm en 21.1. Para el 2020, esta cifra se triplicó, con una rmm equivalente a 67.04; un aumento que la colocó en el 13.o puesto con peores cifras. En 2021, la rmm en la entidad se calculó en 101.66, es decir, la segunda más alta del país; y la única, junto a Nayarit, en superar las 100 defunciones maternas por cada 100 000 nacimientos con vida.
  • Al consolidar un indicador concentrado de mortalidad materna y violencia obstétrica se encuentra que las tres entidades con peor desempeño son Yucatán (21.7 puntos de 100 posibles), cdmx (30.6 puntos) y Veracruz (31.8 puntos). Una de las características que comparten estas entidades es que sus puntajes para ambas variables normalizadas se encuentran por debajo de la media nacional. Sin embargo, se pueden observar algunas diferencias muy particulares. Por un lado, en Yucatán, la diferencia en términos absolutos entre las variables normalizadas de mortalidad materna y violencia obstétrica es menor. Esto indica que el rendimiento de la entidad en relación con ambas variables es muy pobre.
  • Por otro lado, la cdmx tiene la mayor diferencia en términos absolutos de ambas variables normalizadas —equivalente a 29.5 puntos—. Otra observación que llama la atención respecto a la capital es que su desempeño en materia de violencia obstétrica es el peor del país (15.8 puntos), sin embargo, en relación con la mortalidad materna ocupa la posición 21 (45.3 puntos). Si bien su puntaje se estima por debajo de la media nacional, este fenómeno —en el que la alta frecuencia de violencia obstétrica no se traduce de forma proporcional en un alto índice de mortalidad materna— puede deberse al acceso a recursos hospitalarios que tiene la cdmx.